¡Vamos a preparar un cóctel! ¿Qué pasa cuando se mezclan un informático fricky y una periodista? ¿Qué surge al unir Spiderman con Bennedetti, la poesía con la programación, la agilidad mental con la fantasía, lo práctico con lo analítico?
¿Qué mezcla resulta de agitar un fanático de Perdidos y un coleccionista de figuras de Marvel con una amante de Audrey Hepburn y una aspirante a yogui? El resultado no es una mezcla explosiva sino deliciosa. Una bebida perfecta para degustar en un espacio común donde todo lo diferente confluya, donde lo verdaderamente apetecible y divertido es consumir todos los ingredientes juntos pero no revueltos.
Somos una pareja normal pero, a la vez, autentica. Nos gusta saltarnos los tópicos (aunque pueda parecer lo contrario) y reivindicamos lo diferente y genuino. Odiamos las etiquetas y los prejuicios. Como toda pareja hemos reído, llorado y nos hemos emocionado con personajes del mundo del cine y de la televisión.
Llevamos, para siempre, dentro de nosotros a personajes inolvidables como Lorenzo y Lucía o Ana y Otto del universo Médem. Hemos disfrutado y vibrado juntos viendo las seis temporadas de una de las mejores series de la historia de la televisión convirtiéndonos en parte de esa “generación perdida” que busca “su constante”.
Soñamos con los “Buenos días princesa” de Guido en La vida es Bella y lo hicimos realidad en las escenas clásicas de nuestro propio largometraje.
Desde nuestra primera película juntos tras la gran pantalla (Te doy mis ojos) hasta la última (La Voz dormida) hemos crecido, evolucionado y sentido al igual que todos esos personajes y, como ellos, hemos protagonizado escenas de todo tipo en nuestro guión de vida particular. La realidad ha igualado o superado muchas veces la ficción y la ficción ha empapado nuestra realidad. Podemos decir que nuestra película inacabada tiene, por el momento, un final feliz y que este blog representa tan sólo un micro universo de todo lo que hemos sido, somos y seremos.
¿Por qué estamos aquí en este espacio virtual? ¿Por qué hemos saltado juntos a esta aventura? La respuesta es otra pregunta o, más bien otras preguntas:
¿Qué sería de la realidad sin el cine, sin ese espejo en qué reflejarnos?
¿Cómo podríamos entonces descubrirnos a nosotros mismos en algún personaje creado por un completo desconocido y que resulta que nos describe?
¿Cómo podría el ser humano admirar en pantalla grande todo lo que es capaz de conseguir por si mismo o todo lo que es capaz de perder?
¿De que otro modo más extraordinario podríamos denunciar nuestra realidad más injusta, mostrar nuestros secretos más hermosos?
¿Qué mejor forma inventaríamos para hacer eternos nuestros sucesos o personajes más inolvidables?
Al igual que cine y vida se confunden y es aquí donde reside su magia, probablemente nuestra propia historia también parezca asomarse por aquí de vez en cuando, llevando al lector a la confusión entre realidad y ficción. Cualquier parecido con la realidad será, como siempre, pura coincidencia.
¡Nos vemos en las salas!